jueves, 18 de junio de 2009


Pues nada, que hoy me ha tocado responder una encuesta telefónica sobre las preferencias electorales en Nuevo Leon. Dudaba en responder, por aquello de que uno ya ni sabe si los datos que uno proporcione 'confiando' que es algo realmente serio, vayan a ser utilizados en perjuicio de nosotros mismos o nuestra familia.

Pues dudaba en responder como les digo, pero luego al tiempo que trataba de responder mi edad y mi educación dije, este es el medio, no hay de otra, para expresar mi inconformidad con el gobierno actual. Y pues lo hice.

Que diantres puede decir uno sino sacar todo lo que tiene atorado aqui adentro y que no le deja ser completamente feliz.

Y es que por más que uno tenga razones de sobra para ser feliz, ¿cómo realmente se puede sentir felicidad cuando uno levanta la bocina del telefono que llama y resulta que un cabrón con voz de sinaloense me viene y me cuentea diciendome "¡prima! ¿cómo estás? ¿qué dice la familia? ¿cómo está mi tío?"? ¿Cómo rayos sentir felicidad cuando escuchas que a las 5 de la tarde se escuchan sirenas de patrullas cerca de tu casa y enciendes las noticias y resulta que los 'policias de la ciudad' han bloqueado las calles y con pistola y metralleta en mano estan deteniendo el tráfico en protesta porque se les investiga de delitos contra la salud?

En fin. Ya muchos sienten la misma infelicidad que uno. La desdischa. El enojo.

¿Pero qué rayos haces? ¿Cómo diablos te quejas? ¿Con quien que valga la pena que te escuche?

Pues nada, no encuentras nada. Pero si vienen y te dicen ¿qué opinas del gober y de su partido?, pues te descoses y dices todo lo que sientes. Cuelgas cuando te dicen gracias por su colaboración y piensas "Dios, que lean las respuestas cuando menos".

Ni hablar. Esperemos que asi sea. Cuando menos que las lean y se vayan a la cama pensando "no valgo madre". ¿Será?

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